CIBELES
Recuerdo que durante el tiempo que estaba dibujando la plaza, se concentraron a la derecha de la Cibeles mareas de ciudadanos protestando por los recortes en sanidad. No los dibujé. Desde arriba se veían minúsculos. Pero eran muchos y se escuchaban las consignas y pitos, amortiguados por los cristales de las ventanas.
En aquel momento me pareció que estar allí dibujando era un privilegio enorme. Fue estupendo conocer tan de cerca a tantos y tan grandes dibujantes y compartir con ellos esta vista de la Plaza de Cibeles desde las alturas.
Me acordé de todo esto hace unos días, cuando leí que Manuela Carmena había invitado al palacio a cenar en Nochebuena a 300 personas sin techo.
Y de verdad me da mucha alegría que ahora mismo ocupe este edificio un gobierno municipal liderado por una alcaldesa valiente que cree en la gente y que quiere cambiar estructuras.
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