8 DE MARZO
Están sentados en la mesa que queda en frente a la nuestra. Él me da su espalda. A ella en cambio la tengo colocada de perfil y la veo gesticular mientras la dibujo. Aunque mueve mucho sus manos, su cara está muy quieta.
Pienso que es muy guapa.
Me llama la atención el color de su pañuelo y me engancho con esto.
Me va saliendo un dibujo lento, sin prisas.
Estoy hablando de otras cosas y no estoy atendiendo demasiado a mi modelo.
Una de las veces que la miro me parece verla llorar. Es en este momento cuando empiezo a prestar atención a la escena. Me fijo mejor en ella. Habla sin parar, y está llorando.
A él no le veo la cara pero intuyo que no está diciendo casi nada, o solo monosílabos.
Por supuesto ni un gesto de cariño por su parte. No le toma la mano, no la abraza, no la besa.
Ella sigue hablándole. Y llorándole.
No se si llego a imaginar el grado de asfixia a que puede sentirse sometida una mujer que tiene dueño.
La miro por última vez antes de que se levanten de la mesa y se vayan juntos hacia la calle.
En Marruecos resulta raro ver a una mujer sentada en un bar.
Resulta imposible verla sola.
Sin embargo, no me ha parecido extraño verla llorar.
(8 de Marzo, Dia Internacional de la Mujer)
No te digo ná… En días como hoy me siento afortunada y triste a partes iguales.
Todavía ando un poco acongojada al ver la escena, y las escenas. Me reconcilié un poco al ver en la parte nueva de la ciudad que las mujeres estaban en los bares, en tertulia y riéndose. Era …como en casa, o lo parecía. Eso sí, eran muy jóvenes.
El dibujo es precioso, ya te lo dije.
Contrastábamos nosotras tan ruidosas y felices
Bonito dibujo y una historia muy sensible.