MUÑECAS DE CARNE Y HUESO

Cuando en el cole alguna comentaba que tenía una de estas casas, las demás mirábamos a la niña con una mezcla de envidia y deseo, le hacíamos la pelota esperando tener el honor de ser invitadas a jugar con ella alguna tarde.
En algún caso la casa se convertía más en el juguete de la madre, que en el de la hija. Las señoras iban poco a poco comprando accesorios, rellenando habitaciones con mueblecitos diminutos de diferentes estilos hasta tenerlas completas. Entonces invitaban a las amigas de su hija a merendar y enseñaban orgullosas la casa.
«Niñas, se puede mirar pero no tocar» … Porque sabían la pelusa que nos revolvía a las demás al verla.
Luego, cuando crecí un poco, me pareció una solemne tontería esto de ir amueblando la casa de muñecas, porque no tenía nada de divertido ni
se podía jugar ni nada.
Así se lo hice ver a mi amiga Ruth, que tenía una. Y le sentó fatal el comentario. Tanto que me dejó de hablar una temporada. Además invitó a las demás a merendar para ver la casa y a mi no.
Sin embargo algo debe quedar de todo esto en mi cabeza porque ahora me llaman mucho la atención las casas ajenas que voy viendo aquí y allá. Tiendo a imaginarlas por dentro cuando solo puedo ver las fachadas. Pienso en la gente que vive en ellas, en lo que se puede ocultar detrás de esas ventanas y balcones…
Y cada vez me gusta más dibujarlas minuciosamente porque mientras lo hago pienso en cómo serán las habitaciones y juego a inventarme las vidas de la gente que las habita. Igual que hacía de pequeña jugando con la casa de muñecas de mi amiga Ruth.
Este verano he dibujado fachadas de viviendas en Madrid y en Paris.
Historias de gente diferente dentro de cada una de estas casas de muñecas de carne y hueso…
Me gusta Inma. Me gusta. Sobre todo las perspectivas elegidas junto con ese amarillo fuego. En cuanto a lo que cuentas de las muñecas, me has hecho ponerme en tu piel. De otra manera no habría sido posible…..;)
Cuidate
En estos dibujos percibo un tempo tranquilo que te ha permitido recrearte en los detalles sin perder el concepto del conjunto. Son preciosos.
Es cierto Javier. Estaba relajada dibujando y parece imposible pero se nota en el resultado. Gracias por el comentario.
Hola Inma! Preciosa entrada, por tus dibujos y el texto, tan evocador… ahora que lo recuerdo yo también jugaba con esas casitas de mis amigas, y, como tú dices, no era realmente jugar, sino colocar y descolocar cosas de la casa, en fin, más o menos lo mismo que hacemos ahora alguna de nosotras, pintar las paredes de una u otra manera, cambiar muebles de sitio, decorar hoy así y mañana asau, en el fondo, las actividades de niña conducen inconscientemente nuestros actos de mayores.
Un besito y hasta pronto.
Es verdad!!!!!
wow these are beautiful. Love your color placement!
Thanks Genine, always like your comments.
Me gusta el contraste entre las viviendas y las gentes de Paris y Madrid. Las casas de muñeca eran como más parisinas, como más burguesas
Es cierto, no lo había pensado y ahora que lo dices, se nota muchísimo. Gracias!!!